DECLARACIÓN NOSTRA AETATE
"Nostra Aetate" (literalmente "En nuestro tiempo"). Es uno de los documentos del Concilio Vaticano II (1962-1965). promulgado el 28 de octubre de 1965, aborda la relación de la Iglesia Católica con las religiones no cristianas, especialmente el Budismo, el Hinduismo, el Islam y el Judaísmo. Fue motivado por San Juan XXIII, pero firmado por el Papa Pablo VI, busca de manera innovadora estrechar los vínculos con las religiones no cristianas.
Es un documento qué, junto al n.16 de la constitución dogmática sobre la Iglesia (Lumen Gentium), ha abierto caminos de diálogos y una nueva visión de las religiones. La historia de la redacción de ambos documentos del Vaticano II, es básica para comprender sus enseñanzas, así como su influencia en el Magisterio posterior. En este articulo se abordan ambas cuestiones, con el objetivo de entender mejor cómo se relaciona la plenitud de la revelación de Jesucristo con lo que de verdad y bien hay en las religiones de la tierra.
BUDISMO: Sistema Filosófico y religión que tuvo su origen en las enseñanzas de Buda (siglo VI antes de Cristo); se caracteriza por creer en la reencarnación y por aspirar a alcanzar el nirvana a través de una vida de quietud, contemplación, austeridad y disciplina moral.
HINDUÍSMO: Sistema religioso originario de la India que carece de un sistema estructurado y homogéneo de creencias pero en la que es muy importante seguir los textos sagrados (Vedas); se caracteriza por creer en la reencarnación y en la existencia de un ser supremo (Brahama) en que el alma del hombre aspira a diluirse cuando se libere del cuerpo y consiga abandonar su karma.
ISLAMISMO: Movimiento político que pretende adaptar los principios del Islam a todos los ámbitos de la vida pública. El Islam es una religión monoteísta practicada por los Musulmanes cuyo dios es Alá, su profeta es Mahoma y sus enseñanzas vienen recogidas en el libro sagrado del Corán.
JUDAÍSMO: Religión monoteísta que se basa en la Biblia y la Toráh, que recogen el contenido de la revelación de Dios al pueblo de Israel; se caracteriza por respetar la voluntad de Dios para la humanidad, que se expresa en los mandamientos de la ley, y por esperar la venida de un Mesías, del que vendrá la salvación y el triunfo del pueblo judío.
LAS RELIGIONES NO CRISTIANAS
En esta sección se mencionan religiones como el Hinduismo y el Budismo entre otras, y como dichas religiones se esfuerzan en responder inclusive mediante una cantidad fecunda de mitos los interrogantes e inquietudes del corazón humano, proponiendo caminos y formas de vida. Añade también que si bien la Iglesia que es depositaria de la plenitud de la Revelación no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, por más que discrepen mucho de lo que ella profesa y enseña.
EL ISLAM
Respecto al Islam el Concilio afirma qué la iglesia mira también con aprecio y los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todo poderoso creador del cielo y de la tierra e invita a que olvidando lo pasado, procuren y promuevan unidos la justicia social, los bienes morales, la paz y la libertad para todos lo hombres. Es importante resaltar que el reconocer que los musulmanes adoran al mismo Dios de los cristianos no debe entenderse como un reconocimiento de parte de la Iglesia. Tratan de someterse con todo su corazón a los decretos de Dios, incluso a los ocultos, como Abraham también se sometió a ellos, a los que la fe Islámica se refiere voluntariamente. Aunque no reconocen a Jesús como Dios, lo veneran como profeta; honran a su madre Virgen, María, y a veces incluso la invocan con devoción. También esperan el día del juicio, cuando Dios pague a todos los hombres resucitados. También estiman la vida moral y adoran a Dios, especialmente a través de la oración, la limosna y el ayuno.

EL JUDAÍSMO
La parte central del documento es la que se refiere al Judaísmo, donde al escudriñar el misterio de la Iglesia, el sagrado Concilio recuerda el vinculo con que el pueblo del Nuevo Testamento está espiritualmente unido al linaje de Abraham. Dado que el patrimonio espiritual común a cristianos y judíos es tan grande, este sagrado Concilio quiere promover y recomendar entre ellos el conocimiento y la estima mutua, que se obtienen sobre todo a través de los estudios bíblicos y teológicos y mediante el diálogo fraterno. La religión judía no nos es "Extrínseca", sino que en cierto modo es "Intrínseca" a nuestra religión. Por tanto tenemos con ella relaciones que no tenemos con ninguna otra religión. Son nuestros hermanos y en cierto modo se podría decir nuestros hermanos mayores, ya que nuestra fe tiene sus raíces en la fe judía.
DECRETO UNITATIS REDINTEGRATIO
ECUMENISMO: Tendencia o movimiento que intenta la restauración de la unidad entre todas las Iglesias cristianas, por medio de la oración, la renovación o conversión y el diálogo para la misión. La finalidad del diálogo Ecuménico es la plena comunión de las Iglesias divididas actualmente. Llegar a cumplir la voluntad de Cristo de que todos sus discípulos sean uno.
UNITATIS REDINTEGRATIO
Es el decreto que expresa la unión en términos de comunión, precisa que los que creen en Cristo y han recibido ritualmente el bautismo están en una cierta comunión, aunque no perfecta con la Iglesia Católica. uno de los propósitos principales del Vaticano II es la restauración de la unidad de todos los cristianos, cuya división e causa de escandalo para el mundo y obstáculo para la difusión del Evangelio. Por ello se hacía necesario que el Concilio dedicara un decreto al tema fundamental del Ecumenismo. Efectivamente, aunque una sola es la Iglesia fundada por Cristo, son muchas las comuniones cristianas que se presentan a sí mismas como la verdadera herencia de Jesucristo.
Además del proemio, en el que recuerda cual es la finalidad del movimiento Ecuménico, el decreto consta de tres capítulos en los que aborda los principios Católicos del Ecumenismo, su práctica, y la relación existente entre la Iglesia y las comunidades separadas.
I. PRINCIPIOS CATÓLICOS SOBRE EL ECUMENISMO
El capítulo se inicia enseñando que la Iglesia es una y única y dando amplias referencias de las Escrituras en las que nos basamos para asegurar que la Iglesia de Cristo es precisamente la Iglesia Católica, gobernada por el sucesor de Pedro en comunión con los Obispos. Tras establecer con firmeza estas afirmaciones, el documento pasa a explicar la estrecha relación de los hermanos separados con la Iglesia Católica. Sus miembros, al creer en Cristo y haber recibido debidamente el bautismo, con todo derecho se honran con el nombre de cristianos.
Seguidamente, se centra en el movimiento Ecuménico y pasa a detallar numerosas actividades e iniciativas dirigidas a favorecer la unidad de los cristianos. Además subraya que el diálogo Ecuménico no se opone en modo alguno a la labor de conseguir la conversión individual de cristianos no Católicos.
II. LA PRÁCTICA DEL ECUMENISMO
Este segundo capítulo se inicia exponiendo los diferentes aspectos de la vida de la Iglesia, por medio de los cuales se está llevando a cabo su renovación en favor del Ecumenismo. Señala, además, que el auténtico Ecumenismo debe empezar por una auténtica conversión del corazón unida a la oración unánime de toda la Iglesia.
continuando con la práctica del Ecumenismo, el documento dedica apartados específicos a urgir a los Católicos a progresar en el conocimiento mutuo de los hermanos, de su doctrina, historia, cultura, etc. En este sentido, es de especial importancia que los futuros Pastores y Sacerdotes dominen la teología basada en una sólida formación Ecumenista de forma que sean capaces de expresar la fe Católica de una forma que sea realmente comprensible a los hermanos separados. Finalmente, se exponen diversas formas en las que se puede cooperar con los cristianos no Católicos para allanar el camino hacía la unidad.
III. LAS IGLESIAS Y LAS COMUNIDADES ECLESIALES SEPARADAS DE LA SEDE APOSTOLICA DE ROMA
IGLESIAS DE ORIENTE: Todo este apartado está dirigido a la gran proximidad con la Iglesia Católica. Comienza exponiendo el carácter e historia propia de los orientales y explicando los motivos que ocasionaron la separación. Seguidamente analiza aspectos fundamentales, tales como la tradición litúrgica y espiritual de los orientales, subrayando el amor con el que realizan los cristianos orientales el culto litúrgico, especialmente la celebración de la Eucaristía. Finalmente, analiza el carácter propio de los orientales en la exposición de los misterios, reconociendo que con frecuencia las diversas formas teológicas, más que opuestas a las nuestras son complementarias entre si.
IGLESIAS DE OCCIDENTE: La condición propia de estas comunidades presenta unos antecedentes y una situación actual muy diferente. La diversidad de su origen y de su doctrina, discrepan bastante no solo de nosotros, sino también entre sí. Tras afirmar las importantes discrepancias en la interpretación de la verdad revelada, el documento ofrece algunos puntos que pueden servir de estímulo para el diálogo Ecuménico. Así, la confesión de Cristo como centro y fuente de la comunión eclesiástica a de ser el fundamento para buscar la unidad, a pesar de las graves divergencias doctrinales incluso respecto del mismo Cristo. De igual forma, el amor y la veneración por las Sagradas Escrituras, que les lleva a buscar en ellas a Dios, debe ser camino de acercamiento.
Si bien en la vida sacramental solo coincidimos en el sacramento del bautismo, hay otros muchos puntos, como la doctrina sobre la cena del Señor, sobre el culto y los ministerios de la Iglesia y sobre los demás sacramentos, que deben ser objeto del diálogo.
Como ya se ha dicho, las doctrinas de las comunidades separadas occidentales son muy diversas entre sí. Sin embargo, la última parte del capítulo, bajo el título "La vida con Cristo" contiene una bella exposición de numerosos puntos de unión con la doctrina Católica.
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